Bagdad
Este poema lo escribí perdiendo mi imaginación en las mil y una noches. Disfrutenlo.
Bagdad:
La curva dulce late bajo mi mano,
donde el tiempo se detiene
y el pesar, me es lejano.
Caigo en el placentero abismo,
en el tentador tacto,
doy muerte a mi pesimismo,
hago mi papel en el penúltimo acto.
No deseo labial y eterna despedida,
aunque yo sé que eres prohibida,
te amo mía vida.